Nuria Lasheras Mayoral

 

El mes pasado tuvo lugar en Valencia el 42 Congreso de Terapia Familiar organizado por la FEATF, la Federación Española de Asociaciones de Terapia Sistémica Familiar.

“Familias y organizaciones en canal: una vuelta a la sistémica” ha sido el título que ha amparado un sinfín de ponencias, talleres, conversatorios y encuentros con compañeros terapeutas familias sistémicos, que trabajan con familias y con organizaciones.

Y es que, como recordaba la organización, desde hace ya algo más de medio siglo, los enfoques sistémicos han venido proporcionando multitud de discursos paralelos y complementarios que explican al mismo tiempo dinámicas familiares y organizacionales: asumiendo sus diferencias, interpretando sus menoscabos y ofreciendo caminos de mejora individual, familiar y social.

En el congreso tuve la oportunidad de impartir el taller “Terapia familiar y mediación con familias empresarias: manejar la relación entre el sistema familiar y empresarial” compartiendo con los asistentes el modelo sistémico desde el que trabajo.

Familia y empresa son dos sistemas independientes, cada uno tiene su génesis, sus reglas, su lenguaje, sus miembros, sus objetivos y dinámicas propias.

La familia tiene como objetivo quererse y cuidarse. En la dinámica familiar influye el lugar en el que nacen los hijos y es el lugar donde los hijos aprenden comunicación y manejo emocional. Tiene un lenguaje afectivo propio.

La familia se encuentra en una constante evolución lo cual exige capacidad de adaptación desde la formación de la pareja, el nacimiento de los hijos, los hijos en edades tempranas o escolares, la emancipación de los hijos, formar sus propias familias y hacer crecer la familia. Nacimientos, fallecimientos, enfermedades o divorcios sacuden al sistema familiar que vuelve a resituarse una y otra vez bus- cando el equilibrio.

La empresa tiene como objetivo crear valor para la sociedad, un valor que se traduce en beneficios económicos, en compromiso con empleados, clientes, proveedores, administraciones, comunidades locales y socios. En definitiva, los stakeholders.

La empresa. por lo tanto, es un sistema que se interrelaciona con muchos otros.

En el caso de la familia propietaria de la empresa, el sistema familia se interrelaciona con el sistema empresa. El modo de interrelación de ambos sistemas condiciona el bienestar familiar y condiciona el apoyo que desde la familia se brinda al proyecto como socios que son.

La empresa tiene sus propias normas, su propio lenguaje, su propia organización interna u organigrama lo cual modelo las relaciones de las personas que trabajan y se relacionan con la empresa. Es el caso de la familia propietaria cuando trabaja en el negocio ya que el modo en el que se relaciona dentro de la empresa puede tensar su relación o bien fortalecerla.

Con frecuencia escucho en las familias empresarias con las que trabajo “con lo bien que nos llevamos como familia, no entiendo por qué chocamos en el trabajo”.

Y es que hay aspectos en las organizaciones como la jerarquía, el lugar en el organigrama, la definición de responsabilidades o la institucionalización de órganos de gobierno que facilitan o perjudican que las personas pue- dan hacer buen equipo.

Y cuando estas personas son además familia, llevan el apellido del fundador y serán propietarios, si aún no lo son, es vital cuidar que se den las condiciones para que hagan el mejor equipo empresarial posible. Porque la supervivencia del negocio y el bienestar familiar dependen de ello.

La mirada sistémica en las organizaciones permite analizar los problemas en clave de solución mediante herramientas de intervención grupales e individuales. Cuando una organización es una empresa familiar hay dos herramientas que son muy eficaces: la terapia familiar y la mediación con las familias empresarias.

La terapia familiar es un espacio de entrena- miento en la comunicación y escucha de la familia empresaria, fomentando la comprensión mutua y el apoyo emocional de los miembros de la familia, que adquieren habilidades de comunicación y resolución de conflictos.

La mediación con la familia empresaria persigue guiar a la familia para que sea capaz de resolver sus diferencias mediante el diálogo.

logrando consenso y compromiso en temas familiares y empresariales. Además, la familia mejora sus habilidades de comunicación y afrontamiento de conflictos.

La mediación es el aliado perfecto para afrontar conversaciones difíciles y necesarias para planificar el presente y el futuro de la empresa familiar, facilitando planes estratégicos familia-empresa y protocolos familiares.