Queridos emprendedores y familias empresarias,

Cada día tengo más claro que son los valores que dejan los líderes familiares la mejor y más contundente vitamina para abordar con mayores garantías de éxito los retos de corazón y bolsillo que afrontan las familias empresarias.

Basta escuchar historias de sagas familiares de éxito para comprender el enorme activo que supone gestionar una compañía en base a muy sólidos valores que han ido labrando los grandes líderes emprendedores que dirigieron sus destinos

Para empezar, tomar conciencia de la relevancia de que cada líder generacional debe aportar valor real a la compañía. Que su gestión debe contribuir a dotar de mayor robustez al legado familiar. Cada líder que está al frente del negocio debe provocar un impulso importante de la compañía. Sin duda, un gran impulsor de las familias empresarias es contar en todo momento con un líder emprendedor por generación. Entender que un entorno tan competitivo como el actual demanda sin excusa la mayor profesionalidad en el gobierno y la gestión. En tiempos no tan lejanos de economías más cerradas y donde la competencia era fundamentalmente local bastaba, y qué esfuerzo, hacer las cosas muy bien para asegurar una posición en el mercado. Hoy hace falta alcanzar la excelencia.

Asumir también que a veces no todos van a poder estar en el mismo barco pero afrontando esos procesos desde los principios y con ánimo de salir refortalecidos. El gran objetivo es que los miembros de la familia que permanezcan compartan proyecto y valores. Es muy frecuente en empresas familiares centenarias procesos de podas de los que la familia ha salido con bien. Estas experiencias también acaban por perfilar valores en las familias.

Cuidar a los colaboradores con exquisito esmero, como si fueran de la familia porque, aunque no comparten apellido, sí comparten, precisamente, proyecto y valores.

Entender que hay que evolucionar en todo, que las viejas recetas no aseguran éxitos futuros. Pero avanzando siempre guiados por aquellos principios que permitieron el éxito en la gestión de familia y negocio. Es la sabia mezcla, a la que tantas veces apelamos, entre valores tradicionales e innovación adaptativa.

Asumir que las relaciones entre los integrantes de la familia deben estar presididas por los principios de la altura de miras, la generosidad y la lealtad.

Hay otros valores que adornan la trayectoria de muchas familias empresarias: trabajo duro, tenacidad, resiliencia, honestidad, respeto, austeridad, visión de largo plazo, austeridad, meritocracia, espíritu emprendedor, especial empatía con los clientes, excelencia operativa, diferenciación, flexibilidad,……

En suma, las empresas familiares admirables cuentan con valores muy reconocibles que van transfiriéndose por generaciones y actúan como faro para guiar el devenir de familia y negocio. Porque desde los valores se facilita la siempre compleja de trabajar en aras de la cohesión familiar y el crecimiento empresarial.

De modo que aconsejo siempre a las familias empresarias a identificar esos valores. Qué hacen especialmente bien para haber consolidado un proyecto empresarial. Este es un proceso muy artesano, no todas las familias tienen los mismos valores prioritarios. No estamos hablando de procesos cosméticos sino de entrar a fondo en la esencia de la familia empresaria. Por eso hay que entender que los valores se plasman en los comportamientos concretos de los miembros de la familia empresaria.

Una vez identificados y definidos con concreción merece la pena hacer el esfuerzo de trasladar los valores de la familia a la empresa. De este modo la empresa será una prolongación de la familia. Cuando esto ocurre las empresas empiezan a tener un alma muy reconocible que genera orgullo de pertenencia dentro de casa y reputación fuera.

Me gusta siempre ir un paso más allá. En este sentido sugiero que en las empresas familiares se conviertan los valores en métricas concretas que puedan formar parte de la evaluación del personal. Nos es casualidad que esta práctica sea común en algunas empresas familiares centenarias. Por cierto, en la evaluación de directivos si no se cumplen con los valores no hay nada más de qué hablar. Toda una declaración de principios.

La gestión por valores, tan típica de empresas familiares visionarias, facilita el éxito no sólo en el corto sino también en el largo plazo. Desde los valores se entiende que la generación de valor en el corto plazo para el accionista no sea la única razón de ser. Las familias empresarias construyen un legado con una doble componente: económica y socioemocional. Esta manera de entender la actividad empresarial de muchas familias empresarias entronca perfectamente con la idea del capitalismo consciente que forma, por ejemplo, parte del cuerpo doctrinal de muchas recomendaciones para el buen gobierno. Es por esto que tantas veces reivindico la empresa familiar como espejo donde mirarnos para conformar un mejor tejido empresarial y, en definitiva, una sociedad mejor.

Hasta pronto. No dejes de esforzarte por ser muy feliz que, al final del día, es lo más importante para ti y los que te rodean.