Hay que considerar a la empresa familiar como una solución, no un problema
Como quedaba claro en la 1ª clave, las singularidades pueden ser fuertes ventajas competitivas. Las capacidades intrínsecas a la empresa familiar le pueden conferir importantes ventajas. Algunos ejemplos serían la robusta cultura familiar apoyada en sólidos valores, la cuidada reputación adquirida a lo largo de las generaciones, el espíritu emprendedor integrado en el ADN o la visión a largo plazo que contribuye a su continuidad en el tiempo.
Por supuesto que las singularidades pueden dar lugar a malas prácticas, y acabar actuando de anclas.. Pero lo cierto es que las empresas con familiness , que utilizan las singularidades propias como ventajas, tienen un enorme potencial. En el informe “The Family Business Model” elaborado por Credit Suisse Research se pone de manifiesto el mejor desempeño de las empresas familiares frente a las que no lo son. En este documento se analiza el desempeño de 920 empresa en 35 países, caracterizadas por ser familiares y cotizar en bolsa. El resultado del análisis realizado desde 2006 hasta la actualidad es, que han superado en un 4.5% CAGR (Compound Annual Growth Rate) a las del MSCI ACWI (All Countries World Index) Que agrupa más de 2478 empresas en 23 mercados desarrollados y 23 mercados emergentes y por lo tanto cubren el 85% de la oferta global de inversión financiera.
Esto, aunque sorprenda es totalmente acorde a lo que he visto a lo largo de los años. No hay nada tan potente como las empresas familiares con familiness.
Las familias empresarias de éxito trabajan con un propósito, con objetivos de largo alcance que van más allá de los resultados del día a día. Para encontrar el propósito como familia empresaria hay que preguntarse ¿para qué?
Las empresas familiares están compuestas de activos económicos, pero también de socioemocionales, y aquellas que tienen sentido de trascendencia han sido conscientes de que han recibido un legado que deben entregar a las siguientes generaciones. Por ello es importante involucrar a las siguientes generaciones, para que sean conscientes del legado que van a recibir. Que comprendan el esfuerzo y el sacrificio que hicieron las generaciones anteriores para que actúen con enorme responsabilidad y den continuidad a la empresa heredada.
Os animo a pensar en vuestro propósito y a creer en vuestro potencial y más que dirigir el negocio con una actitud de picar piedra para subsistir, pensad en construir catedrales. A fin de cuentas, necesitamos un modelo mental que nos ayude a fortalecer nuestro sentido de trascendencia, nuestro legado.