Los valores que dejan los líderes familiares son la mejor, y más contundente vitamina para afrontar los retos del corazón y del bolsillo.

Hay que tomar conciencia de que cada líder generacional debe aportar valor real a la compañía, su gestión tiene que fortalecer el legado familiar. Este líder debe provocar un importante avance de la compañía. Y un gran impulsor en las familias empresarias es, contar con un líder emprendedor por generación. Un entorno tan cambiante y competitivo como el actual, requiere la mayor profesionalidad en el gobierno y la gestión.

Las familias empresarias se parecen a los grandes ríos, un gran rio lo es, por que tiene grandes afluentes.

Hablando de valores, hablando con los miembros de 2ª generación de una empresa familiar confesaban “para nosotros fue muy duro ver como nuestro padre tuvo que cerrar el negocio tras la aparición de competidores de países en vías de desarrollo con precios ultra competitivos. Pero los valores de la unión familiar y el emprendedurismo que él nos había trasladado fueron claves para reinventarnos como familia empresaria, entrando a nuevos negocios en los que estamos vislumbrando enormes oportunidades a corto, medio y largo plazo”. Este es un claro ejemplo de saber enfrentarse a las adversidades y para esto, los valores inculcados y la visión de legado juegan una misión fundamental.

Si seguimos hablando de valores, es fundamental, cuidar a los colaboradores. Una empresa familiar es un ecosistema que con el paso del tiempo se va tornando más complejo. Este cada vez requiere de más actores internos para su buen funcionamiento y en esa línea es clave tener en cuenta a los colaboradores. No compartirán apellido, pero al final comparten proyecto y valores. Es necesario nutrirse de estos para conseguir llegar a los objetivos. Para esto es clave la atracción de talento. En este nuevo mercado jugaran con ventaja los que consigan atraer y retener el talento, que cada vez es un bien más codiciado.

También hay que entender que hay que evolucionar en todo. Las viejas recetas no aseguran éxitos futuros. Pero hay que avanzar guiados por los principios que condujeron al éxito, mantener la esencia.

Personalmente considero que las relaciones en la familia empresaria deben estar presididas por tres principios:

  • Altura de miras
  • Generosidad
  • Lealtad

Considero estos valores, fundamentales para cimentar relaciones duraderas en la empresa familiar.

De todas maneras, no hay que olvidar que hay muchos más valores que acompañan la trayectoria de muchas familias empresarias (trabajo duro, resiliencia, meritocracia, espíritu emprendedor, etc.). Aconsejo enormemente a las familias empresarias a hacer un trabajo de introspección e identificar valores fortaleza. Una vez identificados merece la pena hacer el esfuerzo de trasladar los valores de la familia a la empresa. De esta forma la empresa será un apéndice de la familia.

Los valores compartidos facilitan la cohesión de la familia empresaria, elemento clave en la búsqueda de continuidad”.