Los accionistas familiares en la empresa familiar

En toda sociedad los accionistas tienen un papel fundamental.

Que los accionistas compartan una visión sólida de hacia donde tiene que caminar la compañía y sepan mantenerse unidos en los buenos y malos momentos, proporciona mucha estabilidad.

En las empresas familiares los accionistas, o al menos la mayoría de ellos, son familia. Y con frecuencia son accionistas por herencia, porque reciben un legado económico y socioemocional de parte de sus mayores.

Recibir un legado implica derechos y deberes y, ante todo, mucha responsabilidad.

La mayoría de los familiares no son empresarios ni tienen por qué conocer cuál es su rol de accionista en la compañía. Pueden no entender la transcendencia de las decisiones que toman y pueden no valorar ser accionistas si no se les forma y entrena.

 

Familia y empresa se interrelacionan

Familia y empresa son dos sistemas independientes, cada uno tiene su génesis, sus reglas, su lenguaje, sus miembros, sus objetivos y dinámicas propias.

La familia tiene como objetivo quererse y cuidarse. En la dinámica familiar influye el lugar en el que nacen los hijos, el lugar en el que los hijos aprenden comunicación y manejo emocional. Tiene un lenguaje afectivo propio.

La familia se encuentra en una constante evolución lo cual exige capacidad de adaptación desde la formación de la pareja, el nacimiento de los hijos, los hijos en edades tempranas o escolares, su emancipación, formar sus propias familias y hacerlas crecer. Nacimientos, fallecimientos, enfermedades o divorcios sacuden al sistema familiar que vuelve a resituarse. Una y otra vez, se busca el equilibrio.

La empresa tiene como objetivo crear valor para la sociedad, lo que se traduce en beneficios económicos, en compromiso con empleados, clientes, proveedores, administraciones, comunidades locales y socios. En definitiva, los stakeholders.

La empresa, por lo tanto, es un sistema que se interrelaciona con muchos otros.

En el caso de la familia propietaria de la empresa, el sistema familia se interrelaciona con el sistema empresa. El modo de interrelación de ambos condiciona el bienestar familiar y el apoyo que desde la familia se brinda al proyecto como socios que son.

 

La utilidad del Consejo de Familia

La continuidad de la empresa y el bienestar familiar dependen de que la siguiente generación de accionistas hagan un excelente equipo. Ser equipo excelente implica conocerse, respetarse, aprender juntos y mantener conversaciones que les permitan alinearse estratégicamente.

Es en el Consejo de Familia donde la generación joven comienza a funcionar como equipo con el apoyo de la generación mayor. De hecho, es un lugar de convivencia intergeneneracional que aporta mucho valor.

Los futuros propietarios de la compañía deben formarse de una manera atractiva y práctica, conociendo y amando la compañía.

Entendiendo el valor que aporta a la familia y a la sociedad y siendo conscientes del reto que implica hoy adaptarse a la vertiginosa velocidad de cambios en el mundo de hoy.

Conociendo el rol que como accionistas sabrán sus derechos y deberes.

Comprendiendo la labor del comité directivo y del órgano de administración de la compañía. Con mayor razón si hay miembros de la familia que están en estos órganos.

El trabajo que se hace desde el Consejo va moldeando la relación de la familia con la empresa, facilitando información y permitiendo que la familia conozca y apoye al negocio.

 

Revitaliza tu Consejo de Familia

Si tienes constituido el Consejo de Familia y no lo convocas o bien se convierte en una reunión más que no aporta valor, revísalo.

Es un órgano estratégico para la familia y como tal, hay que plantear bien qué objetivos se persiguen y trazar un plan para lograrlos.

Es una de las mejores inversiones que como familia empresaria podéis hacer.