Actualmente, la visión acerca las familias empresarias se ha vuelto muy positiva. En la sociedad de cambio en la que vivimos, las compañías familiares tienen herramientas que las hacen destacar y que tienen que ver con los valores sólidos de los que están impregnadas.
Estos valores, justamente aterrizan en el comportamiento de los trabajadores, los cuales coadyuvan a fortalecer su posición competitiva. En este sentido, el papel que juegan los miembros de la familia que ocupan posiciones de gestión o de órganos de gobierno es particularmente destacable. De ellos se va a desprender esta cultura familiar y se va a transmitir a lo largo de la compañía.
El legado socio emocional y económico que construye la empresa familiar es todo un tesoro que hay que cuidar, proteger y hacer crecer para que llegue a las generaciones venideras. Haber nacido en una familia empresaria es una extraordinaria oportunidad para crear y para influir en la sociedad que nos rodea. La responsabilidad en las actitudes personales de cada miembro de la familia es fundamental para que prime la unión familiar y un espíritu constructivo para seguir avanzando.