Muchas empresas comienzan su andadura gracias a un fundador excepcional, brillante, con increíble capacidad de trabajo y visión de negocio. Este hiperliderazgo que caracteriza a muchos fundadores es lo que denomino Rey Sol.
Pero la continuidad de la actividad empresarial pasa por un momento en el que el testigo del Rey Sol debe pasar a sus hijos, nietos incluso sobrinos. Esta realidad va a necesitar de un modelo de multiliderazgo donde serán necesarios los consensos, el diálogo y órganos de gobierno bien estructurados que proporcionen el lugar donde poder hablar y llegar a acuerdos de forma rigurosa.
Según se avanza en el tiempo las familias crecen y se hacen cada vez más diversas, con distintas generaciones que conviven en la empresa y muy diferentes cosmovisiones. Además, el entorno en el que operan hoy en día las empresas también es cada vez más complejo, dinámico y competitivo.
Para poder afrontar estas realidades complejas, serán necesarias varias personas, ya no se podrá centrar todo en una. Por eso el multiliderazgo es clave para la continuidad transgeneracional de las empresas familiares. Todas aquellas familias empresarias de éxito han asumido que la gestión exige una visión holística y un enfoque de grupo para abordar las complejidades del entorno familiar y de negocio.
Ejercer de manera responsable la propiedad de una compañía con vocación de permanencia en el tiempo, obliga a abordar múltiples tareas más allá del día a día. Las familias deberán construir una visión común y desarrollar estrategias que estén alineadas con su hoja de ruta marcada. Es necesaria una altura de miras para poder definir bien los roles que jugará cada miembro de la familia y para poder ser exitoso llevar a cabo de forma ordenada el paso del modelo Rey Sol al modelo multiliderazgo.